lunes, diciembre 29, 2008

Gioconda Belli y el infinito en la palma de su mano


Y creó Dios al hombre a su imagen. A imagen
de Dios lo creó. Macho y hembra los creó.
~Anónimo~


Es un viaje al surrealismo y al realismo mágico hispanoamericano leerse “El infinito en la palma de la mano”, de la escritora nicaragüense Gioconda Belli. Es una novela que sin exagerar en el contexto lingüístico, sin utilizar palabras exacerbadas y nudos densos dentro de la trama, envuelve al lector en un mundo mágico y de interpretaciones infinitas de manera simple. Si la escritura es un reto, asumir la reescritura de un texto conocido desde el principio de los tiempos, bueno, desde que el hombre fue “creado” es uno más grande. “El infinito en la palma de la mano”, es una reescritura de la historia del primer hombre y la primera mujer, Adán y Eva. El seudo-lenguaje bíblico ofrece una posibilidad de ambiente en el cual uno piensa que no está leyendo una novela, sino una historia “real”, todo a interpretación del autor.
La realidad dentro de este texto, es el curso sobre los pensamientos de Eva. Belli desde el momento en que Eva es creada, reivindica su condición de mujer. La expone como un ser inteligente, la Eva de Gioconda no pretende ser la Eva bíblica más allá de su historia. La Eva de esta historia no es la típica Eva literaria, aquella mujer tentadora, causante de los males del mundo, de la tragedia de los hombres; no es el símbolo del pecado sino del deseo del conocimiento. Es cierto que el Adán la ve de esta manera, pero su historia es diferente. Eva sí es la tentadora de su marido, pero se ve que es el plan infinito del “Otro” (el creador). Sin Eva el mundo no sería mundo, no existiría la humanidad, ni la historia. Gioconda Belli logra romper todos los esquemas y arquetipos misóginos existentes con este texto.
Un personaje que me llamó la atención fue el de la serpiente. La misma nos es descrita como diabólica ni contrincante de el Otro, sino que es una amistosa, muchas veces funciona como consejera dentro del texto. La serpiente, a mi entender, representa ese contacto con la realidad. La serpiente resulta más humana que reptil, una figura humana de la actualidad. Me imagino que la voz de la autora se reflejaba en ella. La escena de la tentación, me pareció verdaderamente tentadora.
Otra cosa que puedo decir que me gustó del texto, fue su poesía. Las escenas eróticas, resultan hermosas. El lenguaje erótico presume la habilidad del conocimiento. En el contexto bíblico, normalmente cuando se habla de que un hombre “conoció” a su mujer, se refiere a que tuvieron sexo. Dentro de esta novela, en el momento en que los ojos se le destapan, luego de comer el fruto del árbol prohibido, tuvieron conocimiento el uno de la otra, se vieron desnudos y el deseo de tenerse, de ser uno como al principio, cuando Eva estaba en la costilla de Adán aflora.
Es una lectura ligera, se puede leer fácilmente en una hora o menos, sin embargo, es entretenida.

No hay comentarios.: