miércoles, julio 30, 2008

Estacion del tren


A ti que fuiste tren y vía
Hay trenes que pasan ligero
en nuestras vidas,
hay otros
que pasan despacio,
detienen sus ruedas mecánicas
abren sus puertas
permiten que se adentren
a sus espacios...
Tu fuiste una mezcla de los dos.
A veces pasabas veloz
no permitías que entrara
que auscultara e indagara
en tu interior.
Cuánto me pregunté
qué pensabas.
Otras veces fuiste despacio
te acercabas con tus vías de melancolía
te acercabas con tu ojos
de triste dulzura en vapor.
aun así, tu interior
era un misterio para mí,
pasajero involuntario
de tus inquietudes
de las distancias y puertos por recorrer.
Como llegaste te fuiste
en silencio
casi huída precipitada...
Hay trenes ligeros y otros lentos,
tu fuiste un poco de ambos
nada concreto.
Aun así mi estación te esperó
y te espera
porque eres de esos trenes
que a veces, si los carriles no se desvían
regresa.

sábado, julio 26, 2008

De vuelta a lo erótico....


ESPERO EL TEMBLOR

y me muerdo los labios
esperando el temblor
~Guilleromo Rebollo-Gil~



Espero el temblor
que nacerá de tu cintura.
Me muerdo los labios,
muerdo los tuyos,
devoro cual fiera a su presa
sin compasión,
incrusto mis instintos de bestia
en la posada vertical que me entregas.

El incienso se consume por completo,
los ruidos del tráfico en una tarde de junio
se confunden con los altoparlantes de tus pulmones.
Algún quejido se escapa entre los cuerpos,
algún quejido se esparce por el cuarto,
algún quejido, se desviste de ataduras,
algún quejido, me perturba el oído.

No es salvajismo lo que pretendemos,
es canibalismo,
eres vampiresa,
eres pitonisa salvaje
boa constrictor en las piernas,
me das el beso mortal
y por fin tu cintura tiembla.

miércoles, julio 23, 2008

Las horas del sur o las horas de la educación

fugaz reflexión sobre esta magnífica obra literaria

A la educación
Señores eso es lo primero
Que debe de aprender
Esa es la niñez, señores
La que esta encargada a defender
Los intereses de esta nación…
La Lupe

Acabo de leer “Las horas del sur”, de la escritora puertorriqueña Magali García Ramis. Debo admitir que me tardé una eternidad en leerla, por varias razones, falta de tiempo la principal de todas; la disfruté como quiera. A veces pienso en lo que ella dijo en su presentación, que le tomó mucho escribirla. Tal vez esta novela sea una lectura de tiempo, de meditación. Aún así, puedo asegurar dentro de mi inexperiencia dando crítica a mis lecturas, que esta novela es magnífica, especialmente para todos aquellos que sienten de verdad la vocación de la educación. Y digo de verdad, puesto que yo, estudiante de la Facultad de Educación de la UPR en Río Piedras, he visto cómo muchos de los estudiantes de la facultad, futuros maestros de este país, no sienten verdaderamente la vocación. Para mí es una tristeza enorme y no deja de preocuparme el hecho de que somos nosotros los futuros educadores de una nación que cada vez va más hacia abajo. Una nación que no se preocupa por sus fundamentos, por su historia, por la búsqueda de nuestras realidades y de quiénes somos. Me preocupa, porque entonces, qué nación llevaremos con orgullo, si ni siquiera sabemos su fecha de descubrimiento, o su nombre real. La educación de nuestros niños, jóvenes y hasta de los adultos es esencial para un futuro próspero, para que dejen de atropellarnos, de maltratarnos, para que el abuso sea el mínimo, si no ninguno. Siempre he apoyado el método de la educación como la base de un sistema social meramente adecuado. Yo tengo fe en la educación, y en los jóvenes de este país, aunque muchos opinen lo contrario, pero realmente es que no se las ingenian para trabajar con ellos. El Departamento de Educación debe crear nuevos métodos de enseñanza, actualizar lo currículos y ajustarlos a las necesidades de nuestros jóvenes. El conocimiento, como las enciclopedias, se actualiza, por qué seguir en lo mismo del siglo pasado, basta de eso. También siempre he apoyado a la lectura como su fundamento más importante, puesto que de ella se aprende a analizar y a ver las cosas de otra manera. Eso es lo que propone García Ramis en esta novela, el educarnos, el ver la vida desde las perspectivas del conocimiento, que nunca está de más. El ver la vida desde el arte, apreciándolo, incluso desde la arquitectura.
Es una novela que conversa con el lector, sobre la búsqueda del ser, pero no de un ser metafísico, aunque la magia y todo lo relacionado con lo excéntrico está implícito en ella, sino de un ser que se busca desde la tierra, desde su centro para decirle al mundo dónde está su origen y defenderlo hasta el final. Es una novela que nos educa, tal vez no con ese propósito, pero lo hace, sobre la historia de Puerto Rico, sobre los sucesos que acontecieron para crear a la nueva sociedad puertorriqueña, esa en la que vivimos ahora y le hace falta madurar o evolucionar. De repente pienso en “La Charca” de Zeno Gandía o “La Guaracha del Macho Camacho” de Luis Rafael Sánchez. Estamos en el mismo estancamiento desde comienzos del siglo pasado, incluso del anterior.
Andrés Estelrich es la metáfora del Puerto Rico del siglo 19 y principios del 20. Es la metáfora del puertorriqueño pobre, del campo, del puertorriqueño de origen negro (para mí, el verdadero) del puertorriqueño sin padre. Hay una parte que me mató cuando la leí, que me hizo entender el significado completo de la novela:
Puerto Rico era patria de demasiados hombres sin padre, como Andrés, y era patria de mujeres paridoras de gente triste que, en un velorio de infante muerto, dejaba brotar una alegría inconmesurable para luego, cuando nadie había muerto, volver a la tristeza”.
Esta es la tristeza de la que hay que deshacernos, aunque esta sea el origen de nuestra raza. No presumo más, les entrego este corto proceso de reflexión, sobre lo que dije al principio, una novela excelente.

domingo, julio 20, 2008

Te deseo a ti



Te deseo a ti

desde la constante partida

de los polvos y de los vientos.

Huir hacia mi propio cuerpo

no es la solución

pero sí el refugio.

jueves, julio 03, 2008

Publicado en la Ciudad Silente de Ana María Fuster

Ana María Fuster, mi querida amiga y hermana en la poesía, ha tenido la bondad de publicar mis versos en su blog. Para mí es un honor, que esta increíble mujer, dama de la poesía y dibujante de la ciudad haya considerado hacerlo. Ana María me tienes a tus pies, te quiero hermana.



José H. Cáez Romero y Ana María Fuster Lavín
en la presentación de "Los otros cuerpos"
Para visitar su blog:
Bocetos de una Ciudad Silente

miércoles, julio 02, 2008

Son 21 ya

Son 21 los que me ruedan por el cuerpo,
21 los que me agraden,
el tiempo me corre por encima,
me cuenta historias del pasado
memorias que había olvidado
otras que había querido esconder.

Me susurran al oído los recuerdos
su reclamo.
Eufóricas vibraciones me brotan
del costado.

Me niego a creer que todo sea cierto,
el avanza implica a veces
un dolor amargo,
ajeno,
el deceso de los latidos.
La muerte.

Hoy son 21 los que me ruedan
por el cuerpo,
ayer eran 20
y la historia sigue siendo
la misma de todos los días.