domingo, marzo 29, 2009

Voy a dormir


-Si él llama nuevamente por teléfono, le dices que no insista, que he salido.

Se vistió con el mejor traje que tenía. Cerró la puerta despacio, sin hacer ruido. Esa noche caminó sola como siempre. Uno que otro auto paseó por su lado. Ella no escuchaba nada, sólo el rumor del mar. Caminó el puente, armó su cara de valor. Un temple le corrió el cuerpo. Su pecho lacerado, un lado hundido donde antes hubo voluptuosidad se llenó del último aire. Abrió los brazos dejándose caer al vacío eterno. Su cuerpo se vistió de mar, la rodearon peces y algas marinas. La deriva era su camino ahora, una corriente hasta la profundidad era su nuevo impulso. Una diminuta burbuja salió de sus labios. La soledad ante tanta magnitud fue cosa del pasado. Sus ojos no se abrieron más.

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