sábado, marzo 21, 2009

CEREMONIA DE PALABRAS: UN EXORCISMO CITADINO

Un verso pasa lento
flota despacio entre los cuerpos…
Adictiva y explosiva… ser poesía vibrante
de tu euforia a mi guarida.
Huyo y me sumerjo entre caprichos
y noches deseosas con sabor a calle y caña.
[Vino]
Un sudor que corre por la espalda
un murmullo silente y disperso
por tu perversión al reverso, con demencia…
Tu lira, que lira sin queja ni verbo
dejándome inmerso(a) en un eco de inciertos presentes
[pasados inciertos en tiempo].

Silba lejana, canción sin eco
un retrógrado silencio
SiLeNcIo
me retumba y tumba el eco en hechizo.
¿Quién quiere este cuerpo de espigas?
Aquel masoquista, lingüista, moribundo que ha perdido
hasta su más hipócrita verdad.
Vive de agonías. ¿Quién quiere vivir de silencios?
Ay pena, penita, pena
que te quiero con plástico y diademas,
ay pena, que te necesito en pena…
y no ajena a mi verdad, de adentro y de
afuera
la más ingenua la más podrida como yo.

¿Qué me queda? Un pesado vacío
un pequeño trozo de voces alocadas
al unísono de la virtud de todos con las palabras:
el recuerdo.
Tu sombra en mi frente, en mi Luna, en la costa.
Costa, costera, cueva y noche. Noches de sombras
gastándose y saciándose de placeres y humo
SOMOS VOCES, CUERPOS, SILUETAS-SOMBRAS
que hablan desde lo alto de esta ciudad maldita.



Luis Daniel Arrufat-Elias
José H. Cáez-Romero
Kadiri J. Vaquer
El viejo San Juan, 20 de marzo de 2009

Cadáver exquisito


2 comentarios:

Unknown dijo...

Resucitamos cadaveres esa neche e?

Unknown dijo...

Este poema me gusta, tiene multiplidad de voces. Pienso que está bien logrado.