jueves, febrero 12, 2009

Qué hago...


Y qué hago yo con esta caricia rezagada. Qué hago con estas manos dejadas a la huella oscura de un terremoto corporal. Qué hago con el vacío hacia el que caen, desprovistas de las apariencias profundas de tu pecho, de tu silueta bien formada. Qué hago con esta vena que me late desde afuera, con esta vena que me pide tu sangreagua de rocío. Qué hago cuando tus ojos de luna me encienden la noche desde la cabecita mínima de una estrellita perdida y confusa, hasta la hormiga que me camina por el pie. Dime qué hago con tu nombre, con las letras de tu cuerpo, con la armonía de tus dientes perfectos, con la saliva que se te escapa de la boca profunda que tienes, con tantas cosas que puedo decir de ti en este momento. Dime qué hago con tu voz cuando flota en el aire, cuando me invade la psique, cuando me nace el germen cosquilloso de tu locura, de tu gatura, de tu perrura, de tu animalura, de tu tanta ura urada y sin respuesta. Qué hago con la furcia imagen de tus dibujos en tu torso, en tu cintura, en tus pies. Qué hago con lo que te sale del cuerpo. Qué hago con tu silencio cuando sé que me hablas. Dime qué hago contigo, dime qué hago con todo…

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