
De las orillas de mi costado
un mar arropa algas invisibles.
Le nacen islas,
archipiélagos,
continentes.
Se disparata el mapa
que me guía a abismos infinitos.
Dicen que ahí la profundidad no asusta
sino el hecho de pensar que en algún momento
podría nacer un suelo con el cual chocar.
A mi lo que me asusta no es chocar
sino quedarme prendido del espacio infinito
sin ser rescatado
y no encontrar suelo u orillas.