lunes, septiembre 07, 2009

Escape IX


Entre un quebranto
y otro
se llena mi voz
de un hastío enorme
que redunda en el cansancio
y en la (in/m)paciencia.
¿En dónde busco
esos pedacitos tiernos
para hacerme en la carne
un mosaico enorme
de felicidad?
Es que no entiendo,
me piden que lea
con una exacerbación
distinta a la que escribo,
distinta a la que siento.
¿Qué saben ellos?
¿Quién sabe cómo escribo?
¿Quién sabe de este
proceso tan extraño
que se inventa mi cabeza
para romperlos en fonemas,
en grafemas
en palabras tan rotas
como yo mismo?
Me piden una velocidad lenta
para que todos entiendan
para que todos procesen.
¿Y yo?
Yo soy apresurado,
mi ritmo es muy distinto
al que tienen otros.
Mi velocidad navega
en la imagen del rayo,
en la sensación del terremoto.
En la inesperada victoria
de la explosión.

No me pidan recetas
cuando carezco de las mías,
no me pidan que cante
cuando mi voz rechina
en la fealdad de la entonación.
No me pidan que disminuya
cuando voy ágil y sin frenos.
No me pidan que busque una voz
cuando la mía la encontré hace tiempo.
No me digan cómo tengo que leer
cuando todos
se escuchan igual ante mis oídos.

sábado, septiembre 05, 2009

viernes, septiembre 04, 2009